Como diseñadora gráfica, he sido “libre, independiente y autónoma” en varias ocasiones. Aún así, durante mis 28 años de trayectoria en el diseño gráfico, son más los que he invertido en ser empleada por cuenta ajena que freelance autónoma.
Hace 25 años, encontrar potenciales clientes, cuidarlos, estar por ellos tal y como precisaban, ir a visitarlos, etc… requería de tiempo extra. Más bien, en realidad, era otro puesto de trabajo: agente comercial.
Muchas veces reflexiono sobre aquellas personas que tuve a mi alrededor, los cuales en su gran mayoría eran comerciales buenos, otros más mediocres, algunos muy asertivos, otros más agresivos… pero definitivamente su trabajo también requería de destreza y empatía.
Hacer de intermediarios/as entre clientes y diseñadores no es tarea fácil. Siempre con riesgos de quedarse detalles, cuestiones, acotaciones… en el tintero.
Hoy día, ya sabemos que gracias al “poder de GOOGLE” en combinación con un buen posicionamiento SEO web, podemos disfrutar de un comercial especializado, que trabaja por nosotros 24 horas al día todo el año.
Desde mi punto de vista y analizando los casi 30 años que llevo diseñando, sin internet todo era mucho más complejo. El trabajo de diseñador gráfico freelance autónomo, no dependiente de un estudio de diseño o agencia, habría sido durísimo para mi.
Definitivamente, o se invierten las horas en “diseñar” o las usas en “vender”, las dos son incompatibles, al menos en mi caso.
¿Qué sería de los diseñadores gráficos sin internet?
Todo lo anterior me dirige hacia una pregunta clave mejor: ¿Qu é sería de mi sin MI GOOGLE?
Después de acabar la carrera de Diseño Gráfico en la Escuela ELISAVA-UPF, aunque ya llevaba desde 1º trabajando, siempre encontré mis puestos de trabajo en estudios y agencias gracias al “boca-oreja”. He tenido buenas referencias, al igual que buenas amistades que han valorado mi “savoir-faire”.
La diferencia es que actualmente, el 99% de mis proyectos me llegan a través de la red, concretamente por GOOGLE + 1% por vías indirectas… ni redes sociales ni nada por el estilo.
Particularmente, cuando recuerdo mis años de estudiante, pienso que en mis 4 años de carrera en ELISAVA nunca nos hablaron de cómo enfocar nuestro negocio de diseño, jamás aprendimos técnicas de ventas, tampoco fueron nada explícitas las clases técnicas.
En resumen: ha sido gracias a mis años trabajando que he adquirido conocimientos “pluri-útiles” como lo defino yo.
Así pues, imagino que todos aquellos diseñadores gráficos de mi quinta (soy de 1971), los cuales formaron parte de las listas de alumnos revalidando titulación a través de la Escuela LLOTJA de Barcelona, estamos en su gran mayoría luchando por actualizarnos.
En su gran mayoría, están por cuenta propia (autónomos) o con sus propias empresas de diseño… porque sencillamente “somos demasiado viejos para ser contratados” ¿o no?
¡Eso es genial!
Y más ahora que todo sube vertiginosamente, al igual que cae en picado cuando menos se lo espera uno.
Eso es lo que toca vivir hoy: REINVENTARSE (que está muy de moda hace años).
Retomando el hilo de la pregunta del post sobre CUÁNDO… ciertamente no sé el CUÁNDO concreto pero siempre he pensado que todas las situaciones tienen su parte positiva y negativa.
Es muy subjetivo el hecho de sentirse más “suertudo” siendo un diseñador gráfico independiente.
Sí que puedo aclarar que en mi foro interno supe desde siempre que mis deseos tiraban más a diseñar por cuenta propia.
Suelo ser una diseñadora cumplidora y comprometida. Enfoco con relativa facilidad los proyectos de diseño para llegar a un resultado óptimo en un tiempo razonable. No me embeleso ni pierdo mis horas en cosas banales y acostumbro a optimizar inteligentemente mi rendimiento.
Todo lo anterior sumado a la capacidad comunicativa que tengo, tanto oral como escrita, son factores que me han ayudado sin duda a tirar adelante con mi negocio de “Diseño Gráfico Freelance”.
A veces lamento no poder compartir con otros diseñadores gráficos experiencias parecidas. Sería provechoso e interesante para mi saber cómo les va a otros profesionales de mi generación. Espero que estén disfrutando de esta bonita profesión a tope.
Lo que está claro es que ser diseñador independiente me hace feliz, me llena y me satisface mucho más que ser asalariada en una empresa de diseño o agencia o estudio.
En los próximos días plantearé un artículo sobre mis experiencias y qué resumen hago de mi experiencia como diseñador gráfico freelance durante todas mis etapas profesionales.
Muchas gracias por leerme.